Revista teatros

 Antonio Najarro lleva bailando desde los 15 años y en este tiempo los nervios ni los pierde ni quiere perderlos. Esos mismos nervios que, imaginamos, tendrá estos días cuando llegue a ese Teatro de la Zarzuela al que cada año vuelve el Ballet Nacional de España. Pero esta vez es especial...

Najarro celebra una fecha mágica: el 40º aniversario de la formación que dirige desde 2011. Lo hace con un programa diseñado para la ocasión en el que se unen varias de las coreografías más emblemáticas creadas por grandes figuras que han marcado la evolución de la Danza Española.

Una ocasión única e irrepetible para disfrutar de Gades, Antonio Ruiz Soler, Pilar López, Alberto Lorca, Manuel Liñán y el propio Najarro... Historia más viva que nunca de nuestra danza.  

¿Recuerda el primer espectáculo que vio del Ballet Nacional de España?

Creo que fue en 1982, en un especial televisado en el Palacio del Pardo en el que el Ballet Nacional de España bailaba el ballet “Ritmos”, coreografía de Alberto Lorca. Era muy pequeñito, apenas tenía 7 años, y quedé maravillado.

¿Y el más impresionante?

Uno de los que más me ha emocionado ha sido “Fuenteovejuna” de Antonio Gades, una verdadera obra de arte.

¿Cuál es el recuerdo más emocionante que vincula a Najarro con el BNE?

Cuando era primer bailarín de la compañía, el recuerdo más emocionante que he tenido ha sido la presentación de mi coreografía “Nereidas” para abrir el espectáculo del BNE en el teatro de la Maestranza de Sevilla. En la actualidad, ver la increíble reacción del público de diferentes países después de una de mis obras como “Alento”, son recuerdos que llevaré conmigo toda mi vida.

¿Cómo fue ese primer día que pisó por primera vez el BNE como bailarín?

Sinceramente, fue un día de mucha ilusión y, a la vez, bastante extraño para mí. Venía de interpretar primeros roles en la compañía de José Antonio y los Ballets Españoles y sabía que mi ingreso en el BNE suponía el comienzo desde cero de una nueva etapa en mi vida.

Fue bajo la dirección artística de Aída Gomez cuando ascendí a la categoría de Primer Bailarín y tengo un excelente recuerdo de mi interpretación del papel de don José en el ballet “Carmen” coreografiado por José Antonio Ruiz.

Y en 2011 entra por esa puerta ya como director artístico.

En aquel momento no me lo creía, nunca pensé que con 35 años me iba a llegar la posibilidad de dirigir esta entidad. Cuando me anunciaron que iba a ser el nuevo director, tuve que tomar una de las decisiones más duras en mi vida, que fue la de dejar aparcada mi compañía privada, que tenía mucho éxito por todo el mundo y que constituíamos una gran familia.

¿Siente que ha pagado algún precio?

En los siete años que llevo dirigiendo esta compañía he aprendido muchas cosas y me ha servido mucho para aprender a gestionar todo lo relacionado con lo público. No pienso en el precio que he podido pagar, sino en los beneficios que me ha podido aportar.

Hablamos de sentimientos y recuerdos porque no es baladí la fecha. ¿Qué significa este 40º aniversario del BNE?

Estos 40 años de vida reflejan 40 años de una lucha continua por dar a conocer nuestra Danza Española a través de una compañía nacional pública en estilo.

Me siento muy feliz de que coincida este aniversario con mi dirección, feliz de poder homenajear a algunos de los maestros y coreógrafos más relevantes de la historia de la danza española y del BNE y triste, al mismo tiempo, por no poder dar cabida a otros muchos que también se merecen ser homenajeados. Pienso que es un año de fiesta para toda la danza española y para todos los artistas que han pasado por la entidad en estos años.

¿Qué aporta a la danza de nuestro país tener una institución como esta, qué pasaría si no existiera?

Si el Ballet Nacional de España no existiera, sería muy difícil poder disfrutar en escena de los grandes ballets de repertorio de nuestra Danza Española y de las grandes producciones de nueva creación, ya que, desgraciadamente, las compañías privadas no pueden soportar un volumen de artistas como el que presenta el BNE.

Gracias a esta compañía se pueden seguir escenificando y dando cabida a las nuevas creaciones de todos los estilos de la Danza Española, desde la escuela bolera hasta la danza estilizada, pasando por la danza tradicional y el flamenco.

El BNE ofrece al mismo tiempo una posibilidad de formación y perfeccionamiento continúa a los bailarines.

Y para celebrarlo ha preparado un programa muy especial.

El espectáculo incluirá las coreografías “Eritaña” de Antonio Ruiz Soler, la soleá del ballet “La Leyenda” de José Antonio Ruiz, el Bolero “Puerta de Tierra” de Antonio Ruiz Soler, un extracto de “Fuenteovejuna” de Antonio Gades, el segundo movimiento del “Concierto de Aranjuez” de Pilar López, el “Zapateado de Sarasate” de Antonio Ruiz Soler, un extracto del ballet “Romance” de Juanjo Linares, el ballet “Ritmos” de Alberto Lorca, la coreografía “Danza IX” de Victoria Eugenia, Betty, una nueva coreografía que he creado para el primer bailarín del BNE Sergio Bernal, llamada “Ícaro” y las dos piezas que cierran el espectáculo “Sorolla” con coreografía propia y de Manuel Liñán llamadas “El Baile”.

Voy a intentar que todas estas coreografías vayan enlazadas como si de un espectáculo continuo se tratara, sumergiendo al espectador en todos los estilos de la danza española, pasando de uno a otro de la manera más fluida posible y viajando por diferentes épocas, estéticas y emociones. Y habrá alguna sorpresa...

¿Cómo se hace una selección de entre más de un centenar de títulos, por dónde empieza uno? ¿Tenía la idea clara?

Es muy muy complicado, sobre todo porque, como he comentado antes, siempre hay coreógrafos y artistas que no puedes incluir por no poder dar cabida a todos en un solo espectáculo.

He intentado poner en escena una pieza programada por cada dirección artística a lo largo de la historia del BNE, al mismo tiempo incluir en el espectáculo piezas que representen los cuatro estilos de la Danza Española y, finalmente, y lo que para mí es más importante, intentar crear un espectáculo fluido, con un ritmo que haga que el espectador esté siempre alerta.

¿Qué le falta por hacer al BNE, qué está por venir, qué echa de menos?

Hemos hecho muchísimas cosas. Aparte de la propia representación de espectáculos, nos hemos aliado a la moda, a la fotografía, a la pintura. Han sido muchos los coreógra-fos y maestras invitados que han pasado por la compañía y estoy haciendo todo lo que está en mi mano para comunicar y dar visibilidad a la Danza Española por todo el mundo, pero todavía nos queda camino por recorrer.

Es muy necesario que los medios de comunicación, especialmente la TV, den cabida a la danza con un programa semanal, para que el televidente conozca todo lo que está ocurriendo. Es importante comunicar para tener conocimiento y crear más afición.

Hay un excelente nivel de bailarines y creadores y es necesario que todos tengan la posibilidad de mostrarse en escenarios a través de compañías privadas. A veces pienso que es un verdadero milagro que, en las condiciones actuales a nivel cultural, los creadores de Danza Española puedan presentar proyectos tan exitosos por todo el mundo.

Un deseo para los próximos 40 años.

Que mejoren las condiciones laborales de todos los trabajadores del BNE, así como la capacidad de explotación de la compañía; que sea conocido y reconocido en todo el mundo como la gran compañía de referencia de la Danza Española y, por último, que se haga realidad la construcción del Teatro Nacional de la Danza para que el BNE tenga temporadas estables y que todo el aficionado de cualquier parte del mundo pueda acudir a sus espectáculos.