Revista teatros

Hay que reconocerlo: gran parte del público la conoce por éxitos de pantalla como “7 vidas”, “Volver”, “Acusados” o “Siete mesas de billar francés”, pero lo cierto es que somos los amantes del buen teatro quienes más hemos vibrado con la grandeza interpretativa de esta enorme dama de las tablas. Después de cortarnos el aliento con trabajos tan memorables como los que perpetró en “La vida es sueño”, “El testamento de María” o “El cartógrafo”, la Portillo regresa al escenario en la piel de Mrs. Dalloway, una mujer de arrebatadora personalidad dibujada por Virginia Woolf y dirigida por Carme Portaceli en el Teatro Español. Por ANA VILLA Foto SERGIO PARRA.

¿Qué es “Mrs. Dalloway”, qué historia plantea?

Todo se concentra en veinticuatro horas en la vida de una mujer y todo lo que eso desencadena: su pasado, su presente y su posible futuro, las personas que protagonizan su vida, y las aspiraciones y frus-traciones de todos ellos.

¿Cuáles son los grandes temas y sentimientos que se respiran en esta puesta en escena?

Es una historia sobre la valentía, la fragilidad, la lucha por un espacio de libertad en un mundo donde todo oprime, la toma de conciencia sobre las decisiones que tomamos en la vida y sus consecuencias, sobre el paso del tiempo, el diálogo interior, la búsqueda de belleza, el goce de vivir y la posibilidad de la muerte como opción.

¿Cómo es Clarissa Dalloway en lo personal y cuáles son sus desafíos?

Es una mujer de una gran fuerza interior y muy consciente de sus limitaciones propias e impuestas. Generosa y valiente, aparentemente superficial pero capaz de mirarse al espejo y asumir las consecuencias de sus actos. Su desafío es transitar su propia vida de manera consciente.

¿Cuándo se produce ese momento clave de la función que le da un giro?

Siempre se produce en el momento en que el espectador decide ser cómplice de lo que está pasando en el escenario. Eso lo decide el público.

En definitiva y en su opinión: ¿qué grandes pilares hacen de este estreno una opción recomendable para el público general?

Creo que lo que esta función plantea nos interesa a todos, como seres humanos y como seres sociales. No es una obra de peripecia, es un canto a la vida.

Usted es considerada una de las mejores actrices de nuestras tablas para gran parte del público y la crítica. Bajo su punto de vista y sensación: ¿qué tres momentos clave de su trayectoria profesional le han ayudado a alcanzar esta consideración?

Me cuesta mucho responder a esta pregunta, pues una carrera se forja paso a paso, momento a momento, decisión a decisión… En cualquier caso, el paso decisivo fue comprometerme con mi profesión y convertirla en el pilar de mi vida. Lo demás… es historia.

En este preciso instante de su carrera, si le ofrecieran un cheque en blanco para poner en marcha el proyecto de sus sueños, ¿por dónde irían los tiros y de quiénes se rodearía?

Querría hacer lo que ya hago: elegir, seleccionar, crear equipos humanos, producir, dirigir, interpretar, rodearme de personas inteligentes, valiosas, comprometidas, que me enseñen, que me hagan crecer… No me gustan los cheques en blanco, ¡siempre tienen trampa!

Si esa misma fantasía fuera destinada a un mes entero de vacaciones, ¿de qué manera desearía realizarla?

¡Disfrutando del tiempo rodeada de la gente a la que quiero! Riendo, conversando y tomando un buen vino.

Al margen de “Mrs. Dalloway”, ¿en qué otros proyectos podremos verla actual o próximamente?

TVE emitirá en breve “Promesas de arena”, una serie que grabamos hace unos meses en Túnez. Además, participaré en “Invisibles”, una película de Gracia Querejeta con quien ya trabajé en “Siete mesas de billar francés”. En teatro hay varios proyectos, tanto como actriz como productora… No me quejo, ¡todo bien!