Revista teatros

 Luis Piedrahita, Goyo Jiménez, David Guapo, El Sevilla, Rafa Maza, Carolina Noriega, Elsa Ruiz, Karim, Víctor Parrado, Santi Rodríguez, Virginia Riezu, Andreu Casanova, Eva Cabezas y Juan Amodeo... Seguro que los conoces a todos. Son algunos de los grandes monologuistas que pueblan, casi siempre en la hora más golfa, los escenarios de Madrid. Pero, ¿sabes de qué hablan sus espectáculos? ¿Te has preguntado si sus shows son improvisados o de memoria? ¿O qué truco no les falla cuando fallan los chistes y el público no se ríe? ¿Te imaginas quién les hace reír a ellos y qué no les hace ni pizca de gracia? Te sacamos de dudas, porque les hemos preguntado todas estas cosas y muchas más... Incluso, ¿qué preguntarían ellos a otro cómico? ¡Ahí van sus respuestas! Por VANESSA RAMIRO

RAFA MAZA

“FABIOLO CONNECTION - MATCH TO THE FUTURE”.

GRAN TEATRO BANKIA PRÍNCIPE PÍO

Su espectáculo...

Habla de la tralla que nos están dando con el futuro y la tecnología. El algoritmo está de moda. No puedes salir ya a la calle sin algo de pasta y sin algoritmo. Somos ya seres digitales, partículas fundamentales, somos un 75% de agua y píxeles.  

¿Improvisación o de memoria?

Mezclo la improvisación y la memoria siempre dentro de una estructura fija. Aunque a veces lo bueno es cuando lo que al público le parece improvisado está aprendido y al revés, que lo que dices de memoria parezca… un accidente. Siempre todo aliñado con un toque de limón y azúcar. Mezclado, que no agitado, funciona mejor!

¿Qué truco no le falla nunca cuando el público no se ríe?

“¡Qué pavo!”.

Sus señas de identidad…

Espontaneidad, surrealismo, sorpresa, viaje, complicidad. La gente se sorprende con mis imitaciones y con como integro en el monólogo varias disciplinas de teatro físico y malabares.

Sus referentes…

Mi padre de buen humor, mi madre de buen humor...

¿Hay gente que espera de usted que sea gracioso las 24 horas del día? ¿Lo es?

No, soy muy serio a la hora de ser gracioso. Lo que sí es que soy muy curioso las 24 horas del día y trato de encontrar gracia a ciertas situaciones o momentos con las que me voy encontrando en un día cualquiera…Trato de no olvidar que me tengo que reír de mí mismo también.

¿El humor tiene límites?

El humor no tiene límites, tiene arte. Y más en el sentido de artesanía. Hacer de bobo requiere ingenio, hay que ser sagaz y con estilo… Ser cómico implica meterte en charcos y tener el oficio de salir de él como si nada cuando cualquiera que se metiera en ese charco saldría embarrado. El humor sana cuando descubrimos que se puede hablar de todo con sátira e ironía para al fin y al cabo recordarnos que “nadie es perfecto” y que la verdad más seria y respetuosa esconde la carcajada sabia.

¿Alguna vez se ha saltado esos límites?

Yo no he tenido hasta ahora ningún problema serio con lo que he dicho. Una vez en un pueblo quisieron censurar desde el ayuntamiento el cartel de mi obra “Solo Fabiolo Glam Slam” en el que salía una pose de culo en pantaloncito de tenista. Argumentaron que ese culo era de mujer y que era ofensivo… ¡Pues era mi culo, en shorts, pero mi culo!

¿A qué no le encuentra la gracia?

A cuando un voz sin alma te dice por teléfono que yo valore del 1 a 5 la atención recibida por la persona que me atendió.

¿Qué pregunta le haría a otro monologuista?

Valora del 1 al 5 el público que has tenido esta noche.

KARIM

“KAMINO DE RISAS”.

TEATROS LUCHANA

Su espectáculo...

Un viaje absurdo y, sobre todo, divertido de un ateo, que soy yo, que quiere hacer el Camino de Santiago y en el trayecto descubre la idiotez del ser humano y la mía propia.

¿Improvisación o de memoria?

80% texto y 20% improvisación. Es muy importante que las obras estén vivas, hay momentos que surgen que hay que aprovecharlos. Improvisar para mí es una manera de no aburrirme nunca en un escenario.

¿Qué truco no le falla nunca cuando el público no se ríe?

Denunciar lo que no funciona o lo que sale mal, entonces el público deja de sufrir porque tú ya no sufres. Los espectadores quieren ver verdad.

Sus señas de identidad…

Hablar de lo que me importa, decir la verdad y jugar todo lo más lejos que pueda.

Sus referentes…

Por este orden: Pepe Rubianes, Gila, Steve Martin, Woody Allen y George Carlin.

¿Hay gente que espera de usted que sea gracioso las 24 horas del día? ¿Lo es?

Si, hay gente que sí lo espera, pero es imposible ser siempre gracioso ni tampoco lo pretendo. Para hacer humor hay que transitar primero por el dolor.

¿El humor tiene límites?

Los límites del humor serían hacer alusiones directas a gente que tiene alguna enfermedad o incapacidad o está sufriendo, pero el principal límite del humor es que lo que cuentes no sea gracioso.

¿Alguna vez se ha saltado esos límites?

Creo que sí aunque ahora ni lo recuerdo, en este oficio es imposible no cagarla de vez en cuando.

¿A qué no le encuentra la gracia?

Algo que no me hace nada de gracia es la gente que se ofende con un buen chiste. Me recuerda a un pasado peor. Si yo hago un chiste de un cura que ha abusado de un niño tienen que enfadarse con el cura, no con el cómico. El humor también es una manera de hacernos pensar y de denunciar hechos que no se tendrían que repetir, silenciar a los cómicos es un grave error.

¿Qué pregunta le haría a otro monologuista?

Si se droga para escribir sus textos.