Publicado el 03 de Marzo de 2019
Las mujeres de la escena: Adriana, Ana y Sandra
Obra: Las mujeres de la escena
Dice Natalia Menéndez, actriz, dramaturga, gestora teatral y ahora directora de “Mi niña, niña mía”, que “necesitamos seguir caminando todos y todas para evitar la desigualdad, el maltrato y aportar luz a muchas mujeres que están en una situación muy complicada”. Conscientes de que no están todas las que son, porque son muchas, cada vez más y con más fuerza, pero de que son todas las que están, este mes volvemos a poner cara y dar voz al teatro en femenino. Desde la serenidad o el dolor, desde la reivindicación de espacios o la de los logros conseguidos, actrices, directoras, dramaturgas, adaptadoras, productoras, todoterrenos todas, empoderadas y fuertes, reflexionan sobre la situación que vivimos las mujeres hoy.
ADRIANA DAVIDOVA
AUTORA, DIRECTORA Y ACTRIZ EN "LAPIDADA" EN EL TEATRO DE LAS AGUAS
En pleno siglo XXI aún somos testigos de la barbarie a la que son sometidos miles de seres humanos a día de hoy. Seres humanos, cuyos derechos más básicos son arrebatados a golpe de brutalidad de un tipo u otro; con fines crueles, incivilizados, muchas veces económicos y ajenos a todo aquello que nos hace humanos.
Y muchísimas veces esas víctimas de la barbarie son, somos, mujeres, niñas y niños en situaciones de máxima vulnerabilidad.
Violencia de género, violencia doméstica, trata con fines de explotación sexual, violaciones, asesinato, ablación del clítoris, embarazo infantil, desigualdad laboral, acoso sexual, abuso de distintos tipos de poder ejercido sobre la mujer simplemente por el hecho de serlo y un largo y trágico etc.
Cada uno de estos de temas me tocan el corazón, el alma y me duelen como mujer, si fuera hombre como hombre, como ciudadana, como autora, actriz, directora y me hacen no solamente reflexionar al respecto, sino actuar del modo más real y constructivo que encuentro…
Porque creo firmemente que cada uno de esos seres humanos heridos hasta el extremo en su dignidad, merecen voz, visibilidad, verdad y luz para que lo que sucede no quede encubierto u oculto en la sombra del silencio.
También, sin embargo, quiero reseñar que estoy infinitamente orgullosa de la enorme solidaridad que se ha despertado aquí y en gran parte del mundo entre la mayoría de las mujeres y hombres respecto a esas situaciones y que no vamos a permitir que ningún derecho humano ya establecido sea nuevamente arrebatado…
Y no lo vamos a permitir usando precisamente las herramientas de las que los “monstruos”, los verdugos del siglo XXI carecen… Usaremos la solidaridad, la empatía, la fuerza de la justicia, la igualdad, la educación, la libertad, la civilización y la cultura… para que la “lapidación” bajo cualquiera de sus formas, desaparezca para siempre convertida en un recuerdo inmensamente lejano de tiempos bárbaros. Y que en el siglo XXI, mujeres y hombres, hombres y mujeres (siendo únicos y diversos) realmente seamos iguales ante el mundo.
ANA ESCRIBANO
ACTRIZ EN "MUERTE EN EL NILO" EN EL TEATRO AMAYA
Adoro ser mujer.
Soy madre de tres niñas y espero y deseo, que cuando sean mujeres no tengan ni siquiera que reflexionar sobre qué les duele como mujeres. Que cuando hablen de la desigualdad, de la violencia de género, de la brecha salarial, de la falta de oportunidades, de las aberraciones culturales que siguen existiendo hoy en día como la ablación, las lapidaciones…se les abran los ojos como platos de incredulidad, y que no les duela, como le duele a su madre que estas cosas sucedan. Que simplemente se pregunten cómo era posible.
Si como mujer soplara las velas de una tarta el 8 de marzo, este sería mi deseo.
SANDRA FERRÚS
AUTORA, DIRECTORA Y ACTRIZ EN "EL SILENCIO DE ELVIS" EN EL TEATRO INFANTA ISABEL
No sé cuando lo supe, pero creo recordar que desde siempre quise ser actriz, y desde siempre quise ser madre.
En estos tiempos tan exigentes para la mujer, llegado el momento, me pareció estar reñido.
¿Cómo voy a lanzarme a ser madre, si apenas me sustento a mi misma?
Recuerdo entre bromas, decirles a mis amigos más cercanos que necesitábamos esponsorización.
Más tarde, sin saber muy bien por qué, empecé a trabajar con más asiduidad. Y ahora, ¿cómo voy a frenar esto quedándome embarazada?
¿Dejarán de llamarme?
¿Se olvidarán de mí?
¿Tendré que volver a empezar de cero?...
Como siempre, gracias a la valentía de mi marido, Martxelo, gracias... ahora , ¿o si no cuándo?
Y con todo el vértigo del mundo, ¡nos lanzamos!
¿Y ahora?
Quiero un herman@ para mi hijo, una vez más, Martxelo, gracias.
¡A por todas!
¡Ya somos cuatro!
Y esto se complica... es infinitamente hermoso y complicado....
Y de repente Vodevil (Elena González, Susana Hernández y Pepe Viyuela), me dan la oportunidad, con la voluntad de apoyar a una mujer, madre, directora y dramaturga novel, con la felicidad de poder hacer algo para apoyar, fomentar... aquello en lo que creen. No he podido sentir más facilidad, generosidad, compromiso... para conciliar mi vida profesional y familiar.
Algo, que desafortunadamente, es muy excepcional.
Gracias, familia.
Quedo con el deseo de que existan más Vodeviles. Si se quiere, se puede, ¡se debe!