Revista teatros

 Dice Natalia Menéndez, actriz, dramaturga, gestora teatral y ahora directora de “Mi niña, niña mía”, que “necesitamos seguir caminando todos y todas para evitar la desigualdad, el maltrato y aportar luz a muchas mujeres que están en una situación muy complicada”. Conscientes de que no están todas las que son, porque son muchas, cada vez más y con más fuerza, pero de que son todas las que están, este mes volvemos a poner cara y dar voz al teatro en femenino. Desde la serenidad o el dolor, desde la reivindicación de espacios o la de los logros conseguidos, actrices, directoras, dramaturgas, adaptadoras, productoras, todoterrenos todas, empoderadas y fuertes, reflexionan sobre la situación que vivimos las mujeres hoy.

CARME PORTACELI

DIRECTORA DEL TEATRO ESPAÑOL Y DE "MRS. DALLOWAY"

Lo que más daño nos ha hecho a las mujeres es la falta de respeto que hemos padecido durante siglos y siglos. Una falta de respeto que se refleja en no haber valorado jamás nada de lo que hemos hecho ni dicho, que nos ha anulado como seres pensantes, como seres con sentimientos.

Eso ha conseguido que nosotras mismas nos valoremos muy poco o nada, que toda la historia nos hayamos matado por satisfacer y gustar a quienes no gustaremos  ni satisfaremos jamás. Sentimos dolor, miedo, inseguridad como cualquiera, un poco más que cualquiera. Nadie piensa en el miedo y el horror de una prostituta. Nadie piensa en lo que siente una mujer que por dinero se queda embarazada y regala a su hijo. Esas prácticas hay que prohibirlas por indignas y porque explotan a las mujeres. Toda nuestra imagen es la proyección que sobre nosotras han hecho los hombres.

Eso es lo peor: la dificultad de crear una imagen propia basada en la realidad. Por eso hay que trabajar.

MARÍA SAN MIGUEL

DRAMATURGA, DIRECTORA Y ACTRIZ EN "PROYECTO 43-2" EN EL TEATRO DE LA ABADÍA

Estamos ante una nueva ola feminista. Es indudable. No creo que sea la definitiva, pero sí que pienso que ha generado un cambio imparable y esperanzador.

Somos muchas las que hemos conseguido en los últimos tiempos (desde los lugares de lo íntimo) reivindicarnos a nosotras mismas.

De eso sí que no hay marcha atrás.

Me preocupa muchísimo la cotidianidad de la violencia. ¿Hasta cuándo vamos a vivir con normalidad que nos estén matando?

La no excepcionalidad de los asesinatos de las mujeres es la señal inequívoca de que convivimos con violencias invisibles muy arraigadas en el día a día. El teatro no puede quedarse impune ante este reto. Tenemos la obligación de hacerlas visibles desde la escena.

MÓNICA TELLO

PRODUCTORA, DIRECTORA Y ACTRIZ EN "LA CASA DE BERNARDA ALBA" EN EL TEATRO REINA VICTORIA

Corren tiempos difíciles para el drama, pero es necesario recordar que huir del drama, no te libra de él. Emprender el camino profesional artístico a cualquier mujer le hace desempolvar del interior todas las fortalezas y virtudes con las que la madre naturaleza la ha dotado. La obra que dirijo actualmente, habla de mujeres, y cada día que se encienden las luces en la escena, iluminamos una realidad actual, de hoy mismo, de aquí y ahora, aunque sea una obra de hace casi 100 años.

El drama no se ha resuelto, está maquillado.

Cada representación me abre cada vez más los ojos y la conciencia de la “realidad” que hay fuera de la obra teatral. Los personajes realmente caminan por las calles, y están en sus casas, en sus trabajos, en sus familias, y se representan multitud de obras teatrales en nuestro día a día, entre nuestros políticos, en las familias, los amigos.

Abrimos el telón, empieza el drama y representamos a las mujeres de la obra como son, sin juzgarlas,  dejándolas ser noche tras noche las mismas, sin querer cambiarlas y aceptando su realidad.

Las dejamos ser lo que no nos permitimos ser a nosotras mismas. Nosotras no exigiremos ser perfectas en nuestra día a día y en ellas encontraremos la libertad y el descanso de ser imperfectas. Aunque lo llamamos teatro, es el lugar en el que podemos ser de verdad nosotras mismas sin la presión y pretensión de ser perfectas. La belleza de la escena, está en las mujeres que son capaces de  transformar las heridas de cada personaje de una manera única y extraordinaria,  convirtiéndolas en poesía y teatro cada función. 

LAURA TOLEDO

ACTRIZ EN "LA VOZ DORMIDA" EN EL TEATRO BELLAS ARTES

La mujer de hoy sigue necesitando hacer demasiados esfuerzos para que se le oiga. Desde las relaciones de amor, familiares, laborales...

Las mujeres tenemos mucho que contar; nuestras historias también son importantes. Yo como mujer y como actriz me veo en la dificultad de poder contar historias de mujeres porque no me resulta fácil por ejemplo entrar en un teatro, en un distrito ... o simplemente porque no se cuentan tantas historias sobre mujeres.

Ahora con Pepita Patiño en La Voz Dormida me permito contar una historia real de una mujer que vivió la guerra y la postguerra y me encuentro con bastantes dificultades a nivel burocrático y me produce bastante tristeza. Parece que interesa poco nuestra historia y de ella tenemos mucho que aprender porque hoy día hay mucho que solucionar.

Hemos alcanzado un nivel de conciencia y de unión, pero si esto no se materializa en decisiones concretas como leyes o cambios tangibles desde puestos de poder, no valdrá más que para hacer ruido. Y el ruido, no es música. Debemos crear entre todos una música social nueva para que nuestras voces se sigan escuchando.