Publicado el 03 de Enero de 2013
Pere Ponce
Obra: El crítico
Es muy difícil levantar un proyecto teatral y es muy fácil tumbarlo en cuatro líneas. En una crítica tiene que haber un gran respeto
Aunque su último trabajo en teatro ha sido “Pluja Constant” de Keith Huff, inolvidable resulta ya su participación en “Un dios salvaje” de Yasmina Reza, representado por toda España junto a Aitana Sánchez-Gijón, Maribel Verdú y Antonio Molero. Destaca su interpretación en “El hombre elefante”, que le valió el MAX al mejor actor de reparto y una candidatura al Fotogramas de Plata.
¿De qué nos habla “El crítico”?
Trata de un autor que va a visitar al crítico la noche del estreno de su obra. Es la necesidad de explicar lo que acaba de ver, de comunicarse con el crítico. En el fondo, es la voluntad de tener una buena crítica, sobre todo, de que esa persona haya captado lo que hay encima del escenario.
Dice Juan Mayorga que ésta es una obra sobre dos seres necesitados de amor y de amistad. ¿Qué se aportan Volodia y Scarpa?
Son dos caras de la misma moneda, dos personas necesitadas a las que, sobre todo, les une el amor hacia su vocación, hacia su profesión, en este caso hacia el teatro. Es la necesidad de la mirada del otro, del reconocimiento del otro.
En este duelo interpreta a Scarpa. ¿Cómo es este personaje?
Es un personaje obsesivo, una persona muy vehemente, con mucha energía, que defiende sus ideas. Delante de la inseguridad del autor, el crítico se establece como un faro, como una guía. Necesita la aprobación del maestro.
¿Qué papel juegan las críticas en la vida de un actor?
La figura del crítico es importante porque aporta una mirada nueva sobre el espectáculo, una mirada que también dirige al público hacia un determinado tipo de teatro. A estas alturas del partido te das cuenta que hay críticas buenas y malas, pero siempre acabas aceptándolas. Lo que importa más ahora es la mirada crítica del público.
En este caso, ¿cómo les ha tratado la crítica?
Podemos darnos por satisfechos. La obra ha sido muy bien recibida, es una obra difícil, dura, pero a la vez tiene una gran pasión y un gran amor por el oficio, es un gran canto al teatro con mayúsculas, el poder traspasar el escenario y remover la platea, es un teatro de ideas, pero, sobre todo, es un teatro muy carnal, un teatro de pasión.
“Todos, antes que por las críticas, estamos amenazados por los halagos”, dice Mayorga. ¿Está de acuerdo?
Tan mala puede ser una exagerada crítica a favor como una exagerada crítica en contra. Los dos polos son malos, la crítica tiene que aportar una mirada positiva. Es muy difícil levantar un proyecto teatral y es muy fácil tumbarlo en cuatro líneas y yo creo que lo que tiene que haber, sobre todo, es un gran respeto por lo que se hace.
Si le digo Juanjo Puigcorbé...
Es un monstruo en todos los sentidos, una persona que ha nacido en las tablas de un escenario, lleva veinte años alejado, pero conserva esa pasión por el teatro, ese buen hacer y es un maestro. Para mí es un referente, es un actor con mayúsculas.