Publicado el 01 de Marzo de 2024
Entrevista a Esther Acebo por Una cuestión de formas
Obra: Una cuestión de formas - Teatro Infanta Isabel
El éxito se gestiona manteniendo los pies en la tierra, rodeándote de quienes te quieren bien, yendo a terapia y con gratitud siempre
Su papel de Estocolmo en “La casa de papel” la convirtió en una de las actrices más populares en medio mundo, pero Esther Acebo –“Jaula”, “Operación Marea Negra”, “Antes de perder”, “De perdidos a Río”, “Petra”, “Frankie & Johnny”...– ya se había curtido en pequeñas salas de teatro. Y precisamente después del boom, echaba de menos las tablas. Ahora, rodeada por Bernabé Fernández, Lluvia Rojo y Chema Coloma y dirigida por Andrés Rus, vuelve a ellas para protagonizar esta comedia negra brillantísima de Neil Labute, soberbiamente construida y dialogada, que gira en torno a los límites del arte contemporáneo, aunque su tema básico es la manipulación en las relaciones humanas. Por V. R.
“La casa de papel”, “Jaula”, “Operación Marea Negra”... ¿Tenía ganas de teatro?
Tenía muchísimas ganas de volver a hacer teatro y cuando me pasaron este guion, empecé a leerlo, con gusto, pero según se iba acercando el final, cada vez iba interesándome más y más. Tiene mucha comedia, aparentemente ligera, pero esconde un trasfondo muy interesante, y me regala una oportunidad de oro de trabajar un personaje que va a ser todo un reto.
¿Qué es “Una cuestión de formas”?
Es una historia de amor, entre personas y también por el arte. Además, pone sobre la mesa aspectos de la sociedad que pueden hacernos reflexionar acerca precisamente de cómo nos relacionamos con los otros y, desde luego, sembrar algunos aspectos que nos hagan cuestionarnos los límites de lo correcto en una relación romántica, si es que los hay, y las fronteras de la ética en el arte.
¿Qué grandes temas esconde esta historia? Porque en principio parece una comedia negra sobre los límites del arte contemporáneo, pero hay mucho más...
Esto me parece lo más seductor de la obra, ¡hay un montón de capas! Además de plantear los límites del arte contemporáneo, propone una tremenda reflexión acerca de las apariencias, la aprobación propia y ajena, la capacidad de cambio de las personas, la manipulación, la superficialidad, lo moralmente correcto o incorrecto. Es un cóctel muy interesante.
¿Quién y cómo es Evelyn?
Evelyn es, ante todo, una artista. Es transgresora, segura de sí misma, de su proyecto y sus ideales y está dispuesta a llevar sus objetivos hasta el final. También es seductora, mordaz y temperamental.
¿Y el resto de personajes?
Adam es un chico lleno de talento y cualidades, cuya timidez no las deja brillar. Jenny es una chica amable y pizpireta, sencilla y bondadosa, aunque no por ello, exenta de sombra. Y Philip es el típico chico popular del instituto; un poco superficial y vanidoso y fanfarrón de manual. Claro, desde cómo yo los veo.
¿Cómo es el Neil Labute de esta obra?
Es mordaz, provocador, inteligente –ya que muestra luces y sombras de cada uno de los personajes– y con un claro deseo de movilizar emociones y pensamientos acerca de la temática que mueve la obra.
Junto a usted, Bernabé Fernández, Lluvia Rojo y Chema Coloma.
El trabajo con mis compañeros está siendo un absoluto regalo. Desde los primeros encuentros, aquella primera lectura o la sesión de fotos, hay un clima de compañerismo, amor, respeto y trabajo en equipo con el que da gusto ponerse a trabajar. Aún no estamos en funciones, pero yo ya siento esa sensación de compañía de teatro.
¿Y con el director, Andrés Rus?
Lo mismo. Las ganas de trabajar, la pasión, la ilusión, la confianza. Y todo desde la ayuda, desde te doy la mano, desde ir juntos en esta aventura.
Comenzó en Cosmopolitan TV y Non Stop People, ¿qué le diría la actriz de hoy a aquella presentadora que empezaba?
“No te rindas”. Es una frase que hay que decirse cada día en esta profesión. Hay que sostener los momentos buenos y los no tan buenos, tener fe y seguir adelante.
¿Y cómo se gestiona un éxito tan apabullante como “La casa de papel”?
Manteniendo siempre los pies en la tierra. Rodeándote de quienes te quieren bien, yendo a terapia cuando te desbordas y con gratitud siempre.
¿Está en el lugar al quería llegar?
No creo mucho en un lugar al que llegar, porque, a lo largo de la vida, esa especie de ideal se va a modificando. Creo en ir disfrutando del camino. No tanto en buscar un objetivo, sino en despertar cada día con pasión por lo que haces, ya sea un ensayo, una función, un rodaje, maternar o dar un paseo por el campo.
¿En qué más anda Esther Acebo?
Ahora estoy inmersa en los ensayos de “Una cuestión de formas” y con muchísimas ganas. Y el resto, moviéndose, para seguir haciendo camino con ganas y con pasión.
VENTA DE ENTRADAS