Publicado el 30 de Abril de 2019
Entrevista a Laia Manzanares por Tres sombreros de copa
Obra: Tres sombreros de copa
La crítica que hace no caduca y el doble filo por el que transita Mihura convierte la obra en una joya agridulce
“¡Qué pena que no sea yo la novia, Dionisio!”. “¡Paula! ¡Yo no me quiero casar! ¡Vámonos juntos a Chicago!”. Son las últimas frases que intercambian Dionisio y Paula justo antes de que Don Rosario haga aparición en la habitación para llevarse al novio mientras jalea: “¡Viva el amor y las flores, capullito de azucena!”. Los actores Pablo Gómez-Pando –“Inocentes”, “El Buscón”, “Hamlet”, “Tebas Land”, “Servir y proteger”, etc.– y Laia Manzanares – “Merlí”, “Hache”, “El Reino”, finalista al Max a mejor actriz protagonista por “Temps Salvatge”...– son los encargados de dar vida a los disparatados y peculiares personajes de Mihura. Charlamos con ellos.
Antes de meterse en este proyecto, pongamos hace un par de años, ¿qué referencias tenían de “Tres sombreros de copa”? ¿Conocían la obra, la habían leído?
“Tres sombreros de copa” era lectura obligatoria cuando estudié secundaria. Fue de los pocos libros que consiguió seducir a todas y cada una de las personas que conformaban la clase, de las más aplicadas hasta las más perezosas.
Y ahora que están metidos de lleno en ella, ¿qué nos dirían de esta obra, qué destacarían de ella, qué tiene de especial?
Releer la obra después de tanto tiempo me ha hecho apreciar y comprender su magia: casi 100 años después de su creación, la crítica que hace no caduca y el doble filo por el que transita Mihura -la gran tragedia contada desde la comedia más absurda- la convierte en la joya agridulce que tanto te permite jugar y divertirte cómo tomar conciencia de las aristas que conforman la sociedad.
Es una obra con elementos del teatro del absurdo, con personajes y diálogos disparatados, ¿pero qué se esconde detrás? ¿Qué temas trata, a qué nos enfrenta? ¿Algún atisbo de crítica o mero divertimento?
Es justamente esta aparente falta de coherencia lo que da profundidad a todo lo que se dice. Tres sombreros de copa habla a través de su juego del miedo, la represión, la burguesía, la prostitución, el arte... Hace crítica, a mi parecer, de manera absolutamente inteligente.
Ustedes que son jóvenes, ¿creen que el humor de Mihura conecta con la gente de este 2019?
El humor es tan personal cómo los pelos que tenemos en el culo, cada cuál tiene los suyos propios. Va a personalidades, a carácteres. A mí, personalmente, me fascina el humor absurdo porqué siento que abarca el el dolor y la crudeza desde la ternura y la inocencia.
Mihura dijo en los años 30 del siglo XX que nadie entendió entonces la obra, tampoco tuvo mucha suerte cuando se estrenó en 1952. ¿Qué hay que entender para disfrutarla?
Cuando entré en el código que propone Mihura empecé a descifrarlo inconscientemente. También a disfrutarlo. Es una obra que se explica entre líneas, entre risas, entre bromas descabelladas que cubren un fondo realmente duro.
¿Qué les atrajo a ustedes de este proyecto, por qué decidieron participar en él?
Poder jugar con la realidad a niveles tan elevados de fantasía y diversión es, a mi parecer, la mejor y más necesaria forma de mirar el mundo. A parte de ser una obra que me fascinó al leerla y a la que recordaba con mucho cariño, confieso que Natalia Menéndez me sedució con su entusiasmo, su personalidad y su manera de enfocar el proyecto el día que me propuso embarcarme en él. Supe al instante que quería hacerlo. También es la primera vez que me enfrento a este tipo de lenguaje y tenía muchas ganas de aprenderlo. Poder contar esta historia es un regalo que me hace muy feliz.
Háblenos de su personaje. ¿Quién es Paula?
Paula es una parte de Dionisio, una serie de ideas que habitan en su cabeza y se manifiestan ante sus ojos cuando él se dispone a cerrarlos. Paula es el juego, la inocencia y el deseo -entre otras cosas- que Dionisio está a punto de dejar atrás.
Si les pido una frase que su personaje diga en escena, ¿con cuál se quedarían? (No sé, la más surrealista, la más divertida o la primera que se les venga a la cabeza…)
"¡Ellos no saben jugar!"
¿Cómo es trabajar con Natalia Menéndez, cómo es como directora?
Natalia Menéndez mola mazo. Sus indicaciones son precisas porque tiene muy claro qué quiere contar y cómo. Estar al servicio de alguien con las ideas nítidas y con una gran facilidad para comunicarlas da mucha seguridad y tranquilidad a la hora de trabajar. Tiene un sentido del humor colosal que convierte el trabajo en un juego. ¡Ella sí sabe jugar!
¿Por qué deberíamos ir a ver “Tres sombreros de copa” al Teatro María Guerrero?
Hay que ver Tres sombreros de copa para quitarle, aunque sea durante un ratito, todo el peso que rodea nuestra existencia y transformarlo a través del absurdo para poder así reírnos de nosotros/as mismos/as sin complejos, sin egos, sin máscaras. ¡Nos hace falta permitirnos reír y jugar más! Y todo esto sin dejar de emocionarnos y de tomar conciencia de nuestras carencias y errores.
Aparte de este trabajo, ¿en qué otros proyectos vamos a poder verlos próximamente?
Tengo pequeñas apariciones en una Tv Movie sobre Jacint Verdaguer que rodamos este mes de marzo y en una serie que pronto se estrenará en Netflix, pero no sé si puedo decir más. Pronto empezaré a rodar una serie aquí en Madrid, y tampoco puedo concretar mucho, así que aquí lo dejo.