Revista teatros

La lucha por un trono. Un encuentro imaginario que nunca existió. Una sentencia de muerte postergada. La feminidad y la masculinidad del poder a través de dos mujeres antológicas: Isabel I de Inglaterra y María Estuardo, Reina de Escocia. Nacho Guerreros –“La que se avecina”, “Aquí no hay quien viva”, “Juguetes rotos”, “Bent”, “Sin ti”, “Cariño”...– y Nicolás Pérez Costa –autor, director, coreógrafo e intérprete argentino, “Juana la Loca”, “Sade en una velada incomoda”, “Los Grimm”, “Calígula”...–, que también firma la dirección, se baten en duelo para dar vida a este texto exquisito de Pepe Cibrián lleno de pasión, intrigas, ternura, emoción, verdades, intensidad...  Por V. R. Fotos JOSÉ A. FERNÁNDEZ DE CÓRDOBA

Sin conocerse, Isabel I de Inglaterra y María Estuardo, Reina de Escocia se pasaron sus vidas pendientes la una de la otra. Había mucho en juego, ¿no?

Nicolás Pérez Costa: Básicamente el trono de Inglaterra. Una cuestionaba el derecho al trono de la otra. Una gran puja de poder y una decisión certera de cada una: no ceder.

Nacho Guerreros: Había mucho en juego. Era una cuestión de supervivencia, de honor y un poco, o bastante, de orgullo. Era o te mato a ti o tú me matas a mí y a Isabel no le quedó otro remedio que deshacerse, con todo el dolor, según cuentan los historiadores, de su prima.

¿Qué tiene la historia de estas mujeres para traerlas del siglo XVI al XXI?

Nicolás: Primero lo curioso de inventarse un encuentro que nunca fue consumado. El autor, Pepe Cibrián, entabla distintas hipótesis, juega con su fantasía de qué pudo haber pensado una al ver a la otra y atravesar las cuestiones políticas para adentrarse, sobre todo, en los mundos personales que subyacen.

Nacho: Después de cuatrocientos años si estamos hablando de ellas es por algo. Simplemente con observar sus retratos ya ves que dentro de esa magnificencia tiene que haber una historia cruda. Es muy interesante saber qué les pasaba a estas señoras cuatrocientos años antes de que existiéramos nosotros, porque les movía prácticamente lo mismo que nos mueve ahora: el dinero, la ambición, los sentimientos y su propio orgullo. Y todo en aquella época era cuestión de supervivencia. Afortunadamente ahora nadie puede cortar la cabeza a nadie en nuestro país ni en Europa, pero antes era muy fácil que con cualquier desliz se te condenase a muerte.

¿Qué es entonces “Dos tronos, dos reinas”?

Nacho: Nos propone un encuentro ficticio entre Isabel I de Inglaterra y su prima María Estuardo. Muestra la vulnerabilidad de estas dos mujeres, sobre todo mujeres antes que reinas.

Nicolás: Un encuentro hipotético que nos da la posibilidad de jugar a las suposiciones de la forma más transversal. El mundo femenino y el poder, cuyos planteamientos de justicia social van cambiando poco a poco, pero siguen ahí pendientes. El amor entre enemigas, la grandeza de saber jugar un juego, aceptar la derrota... Se habla de tantas cosas tan cruciales que podría decir que el teatro es, en esta obra, más que nunca: la vida misma.

Háblennos un poquito de sus personajes.

Nicolás: Interpreto a María Estuardo. Los datos históricos creo que se pueden encontrar en cualquier sitio. Mi propósito es, siempre que interpreto personajes históricos, intentar descifrar su alma. Encontré una mujer orgullosa, con principios y profundamente anclada a sus creencias. Una mujer fina, elegante, delicada en formas y en su interior.

Nacho: Isabel I de Inglaterra es un personajazo histórico que cualquier actor o actriz anhela interpretar. Para mí ha sido un reto porque, además, la obra es en verso. Lo que me gusta es que cuenta los anhelos de Isabel, los miedos, los temores, los amores, los celos... En aquella época me imagino que debía ser horrible disfrazarse con tanto vestuario y tanto maquillaje para, quizá, esconder las vulnerabilidades. Eso es lo que me interesaba de la obra, mostrar el corazón de Isabel.

Dicen que el texto de Pepe Cibrián es exquisito...

Nicolás: Pepe escribe con belleza literaria y atendiendo a la acción más profunda que puede haber en cada personaje. Pepe escribe sobre conflictos viscerales, intensos, con una poética sublime.

Nacho: La exquisitez se basa en una sencillez que no existe. Pepe, como es un sabio, lo ha disfrazado de sencillez, pero para nosotros ha sido muy complicado aprenderlo y transitarlo. Es de una belleza suprema, una belleza que emociona.

Nicolás, usted también dirige la función. ¿Dónde está puesto el foco?

Nicolás: En la verdad, sin lugar a dudas. Nacho Guerreros es un actor del que, más allá de su gran talento, cabe destacar su profesionalidad y disciplina de trabajo. Fue sencillo generar un clima de trabajo para acceder a generar un encuentro orgánico, probable y, como decía antes, intenso.

Y, por si fuera poco, compaginará a esta gran mujer los domingos con Juana la Loca los viernes. ¿Casualidades de la vida?

Nicolás: Estoy muy agradecido a Rosa Alfageme, directora de los Teatros Luchana, que me permite, desde hace un año, seguir apostando a Juana, ahora a esta nueva apuesta, al igual que a la productora Tío Caracoles, con quienes trabajo desde hace años. Que todas las partes decidamos seguir apostando a productos como estos habla de algo más que una casualidad. Se trata de una convicción, sin duda.

¿Por qué ir a verlos es un planazo?

Nicolás: El teatro siempre es un planazo. Verán un verdadero ‘duelo actoral’, de esos que te hacen salir con la satisfacción de haber sido testigo de algo elaborado con respeto, fuerza, verdad e intensidad.

Nacho: Qué mejor que acercarte a conocer más a fondo la historia de estas dos mujeres que, además, eran reinas, eran primas y eran amigas y enemigas al mismo tiempo. ¡Que vengan a vernos!

¿En qué más andan Nacho Guerreros y Nicolás Pérez Costa?

Nicolás: Poniendo mucha energía en mi escuela: IFAM. Entrenando actores y actrices, mi gran pasión, también en Aranjuez. Montando con ellos una propuesta de “Romeo y Julieta”, inmersiva... que dará que hablar. También “Sueño de una noche de verano” y “Pájaro Negro”, una comedia negra de mi autoría. Intentando, siempre, más y mejor teatro.

Nacho: Inmediatamente en el estreno de “Dos tronos, dos reinas” con su correspondiente gira. Para el año que viene otra obra de teatro, esta vez de Carolina Román, también dirigida por ella, en la que compartiré escenario con Kike Guaza y otra actriz que, por el momento, no podemos desvelar. Además, “La que se avecina” durante toda esta primavera-verano, hasta agosto del 2024, y después prácticamente empalmo con el rodaje de una película de la que ya podré dar detalles muy pronto. Así que no me quejo, estoy muy feliz.

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