Publicado el 27 de Febrero de 2013
La política no existe. Quien mueve los hilos es gente invisible
Dicho así, suena mal (risas). Es muy atractivo ser el malo de la película. Los personajes que encarnan, desde un punto de vista moral, la visión del mal son muy inteligentes, tienen una gran capacidad de seducción, un gran sentido de la ironía y, al final, acaban empatizando con el público aunque los odies.
Es un tiburón de las finanzas, ese hombre que está siempre en la cúspide, que mueve todo y nunca cae. Puede caer la empresa que está llevando, puede caer en la Bolsa todo lo que toca, pero él siempre sale enriquecido. Y de eso hay mucho.
La obra es muy lúcida en este sentido. El mundo se debe a la economía, la política no existe y lo grave de todo esto es que quien mueve estos hilos es gente invisible.
Primero, a pasárselo bien. La obra pasa como un vendaval y no tienes tiempo para la reflexión. Lo que pasa es que van a ir a casa y van a estar pensando y recibiendo impactos de la obra durante unos días. Y respuestas...
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